Foto por Serhii Tyaglovsky / Unsplash
Como cada uno de nosotros, Judas tiene muchas caras. El evangelio nos presenta tres, muy diferentes entre sí, en su relación con Jesús: Judas, el traidor de Jesús; Judas, el amigo de Jesús; Judas, el cómplice de Jesús. A ustedes les toca elegir cuál quieren recordar.
La imagen más difundida de Judas es la del traidor de Jesús. El lenguaje popular ha conservado esta imagen, llamando Judas a cualquier culpable de traición: “Eres un auténtico Judas”. El propio Judas demostró ser un traidor cuando fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: “¿Qué me darán si se los entrego? Y el evangelista Mateo añade que “desde entonces Judas buscaba una ocasión propicia para traicionarlo” (26, 14-25).
Finalmente, actuará el día en que Jesús celebre la cena de Pascua con sus discípulos. Judas no es el único traidor que nos presenta el evangelio. ¿Acaso no negó el propio Pedro a Jesús en su encuentro con la sirvienta quien le preguntó por su relación con Jesús?
Este mismo Judas desempeña un papel importante dentro del grupo de apóstoles. Es el tesorero, el que administra el fondo común. Esto implica una relación especial con el maestro que depositó su confianza en él. Otro pasaje del evangelio de Mateo podría sugerir que fue él quien reaccionó en la escena de Betania, cuando una mujer derramó un perfume caro sobre la cabeza de Jesús: “¿De qué sirve este derroche? Este perfume podría haberse vendido por mucho dinero y haberse dado a los pobres”. Esta es otra imagen de Judas, ¡la de un amigo de Jesús!
Por último, algunos exégetas ven en la aparente traición de Jesús una complicidad entre Judas y su Maestro. Al empujar a Jesús a enfrentarse a los sumos sacerdotes, Judas habría querido que reconocieran en éste a un hombre espiritual, al mesías esperado. Esta cercanía, esta complicidad de Judas con Jesús explicaría el privilegio que tuvo de compartir la misma comida que Jesús y de besar a su Maestro en señal de respeto y apoyo.
En conclusión, vuelvo a mis tres afirmaciones iniciales sugiriendo que pudo ser traidor, amigo y cómplice de Jesús, todo al mismo tiempo. ¿Acaso nuestra propia relación con Jesús, en nuestra vida cotidiana, no presenta también diversas caras?
ACERCA DE YVON POMERLEAU
Después de más de treinta años como misionero en Ruanda, donde vivió la violencia del genocidio, y como asesor del Superior de la Orden de Predicadores en Roma, fue prior provincial de los Dominicos de Canadá de 2002 a 2010. Amante de la naturaleza y del otro, Yvon participa, entre otras cosas, en el desarrollo del Hogar del Mundo, un refugio para solicitantes de asilo y refugiados en Montreal.
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